GUADALUPE
VOTOS DE FE Y TURISMO ESPIRITUAL
Habiendo llegado al ecuador de mi vida de pobre pecador, con el pelo ya canoso, me dispongo a dejar constancia sobre este template de los hechos asombrosos que me fue dado presenciar en mi niñez, hacia finales del año del Señor de 1986. Que se me conceda sabiduría y gracia para ser fiel narrador de los sucesos que tuvieron lugar en una ruta de peregrinaje en el recóndito Este de Extremadura.
No fui un novicio Franciscano ni tuve un maestro como Guillermo de Vaskerville, ni en los 80´s la cultura estaba confiscada entre los muros de una oscura y maloliente Abadía. Ya me hubiera gustado que mi ruta de peregrinaje a Guadalupe hubiese sido tan fascinante como el viaje iniciático de Adso de Melk en "El Nombre de la Rosa".
El Monasterio de Guadalupe no esconde turbios e inconfesables secretos, creo. Aunque, si así fuera, tal vez, esos 30 millones de cristianos europeos que el Director General de Turismo dice que son potenciales visitantes, podrían sentirse, aún, más atraídos.
Me decía el Alcalde de un pueblo salmantino, cuyo nombre parece ahora más piadoso y prudente omitir, que para despertar la curiosidad y el interés de la gente, de vez en cuando hay que prohibirle cosas. Obviamente no estoy de acuerdo. La ejecución pública de las Libertades, disfrazada de pedagogía, es uno de los cánceres del sistema actual.
En lo que si coincido, es en la necesidad de despertar la curiosidad y el interés, pero a través de estrategias inocuas y originales. Aunque no tan al límite como están haciendo en Chernobil o en Medellín ( Colombia) recreando el desastre nuclear y el universo Escobar, para atraer al turismo oscuro y macabro.
Guadalupe es uno de los mayores símbolos de Extremadura. La tenemos a tan solo 70 kms. Después de Santiago de Compostela es el mayor centro de peregrinación del país.
El Real Monasterio de Guadalupe es Patrimonio de la Humanidad enmarcado en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Dos Patrimonios de la Humanidad lindando con otro espacio UNESCO. La Reserva de la Biosfera de La Siberia.
En una Era tecnológica tan alienante como en la que estamos inmersos, redescubrir espacios históricos, y viejas rutas, puede ser una gran alternativa, desde un punto de vista cultural, espiritual o religioso.
RUTA 17
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